domingo, 15 de diciembre de 2013

El descubrimiento de El Dorado por Guatarral




A poco de comenzar a leer The Loss of El Dorado (aquí), noté que Naipaul hacía referencias y citaba textualmente del libro de Sir Walter Raleigh, The Discoverie of the Large, Rich and Bewtiful Empire of Guiana. De inmediato recordé una edición venezolana de esta interesante obra que vi hace años en un puesto de libros usados y que en su momento no pude adquirir. No me di tiempo a las lamentaciones. En Caracas hay un establecimiento que recuerda la biblioteca de Alejandría, así me parece por el dédalo de estanterías repletas de libros comunes. Así que aproveché que visitaba a mi tía en Sabana Grande y me dirigí a LA GRAN PULPERÍA DEL LIBRO VENEZOLANO y, sin muchas esperanzas o ilusiones, pregunté a la señora que atendía si por casualidad tendría algún ejemplar del Descubrimiento del grande, rico y bello imperio... "El de Guatarral", le dije. Si respuesta fue afirmativa y de inmediato lo compré, sin cejar.

Sir Walter Ralaigh, alias Guatarral
En efecto, era la misma edición que había visto en la calle hace casi 20 años. El descubrimiento del grande, rico y bello imperio de Guayana (Ediciones Juvenal Herrera, Caracas, 1986), no es cualquier texto. La edición fue promovida por la línea aérea AVENSA que "contiene la traducción del eminente médico Antonio Requena sobre las memorias y descripciones de ese fabuloso personaje del siglo XVII, Sir Walter Raleigh, que fue testigo y explorador del Orinoco, con toda la grandeza y la tragedia que él mismo le acarreó".

Más interesante aún, la traducción de Requena es la primera en lengua castellana y data de los años 40 y tiene su historia:
El libro de Sir Walter Raleigh es bello como pieza literaria; instructivo y útil por la aguda observación, por la minuciosidad con que describe paisajes, rutas, árboles, flores, frutos, costumbres y usos de los aborígenes.
Por todo esto, cuando Luis Beltrán Prieto, para entonces preocupado timonel de la "Editorial del Maestro", nos propuso su versión al castellano, sin dilación alguna nos dimos a trabajar en ella seguros de cumplir labor de auténtica necesidad e interés, pero causas ajenas a nuestra voluntad impidieron que se publicara el libro en la forma planeada.
Esta edición es en verdad una joya de las artes gráficas. Está bellamente ilustrada con grabados y mapas de la época que enriquecen aún más el texto de Guatarral, que no carece de calidad literaria. Los editores agregaron también diversos capítulos que aclaran aún más sobre el autor y su época, además de una semblanza sobre su traductor, Antonio Requena.

Satisfecho con la compra, el ejemplar entrará a la sección de cronistas y viajeros de Indias. ¿Por qué no agradecer también a Antonio Requena y a Luis Beltrán Prieto? Sin su iniciativa tal vez no hubiera podido disfrutar de esta joya.


Isabel I de Inglaterra, o Ezrabeta Cassipuna Aquerewanna, para los caribes de Paria
Comenzamos entonces a prepararnos rápidamente para nuestra empresa, pero antes convoqué y reuní a los Capitanes Indios que eran enemigos de los españoles porque Berrío había traído de otros lugares Jefes que comían, gastaban y holgaban las pertenencias de los nativos de la Isla y por medio del intérprete indio que traje de Inglaterra les hice saber que yo era servidor de una Reina Virgen que era Gran Cacique del Norte y que tenía bajo su mando más Caciques que árboles había en la Isla; que era enemiga de los Castellanos por su tiranía y opresión; que libertaba cuanta nación fuera oprimida por ellos y que habiendo liberado toda la Costa Norte del Mundo de su esclavitud, me había enviado a libertarlos a ellos también y a defender el País de Guiana de la invasión y conquista española. Diciéndoles ésto, les enseñé el retrato de Su Majestad, que admiraron y honraron de tal manera, que ha sido fácil, desde entonces hacerlos idólatras de Ella.
Parecido y aún mayor discurso dije a las otras naciones por las que pasé en Guiana y en la Costa, de tal manera que en esa parte del mundo, Su Majestad es muy famosa y admirada y la llaman ahora Ezrabeta Cassipuna Aquerewanna que quiere decir, Elizabeth, la Gran Princesa o la Gran Capitana.

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