sábado, 6 de julio de 2013

Arte africano III: (Nkondi, figura de poder)

Nkisi nkondi, procedente del Congo.
Cuando vi por primera vez esta figura me causó una turbadora impresión. Había algo en ella que atraía y atemorizaba a la vez. La tarjeta que lo identificaba en la vitrina tenía poca información (Power figure, Congo y algún dato más). Esta es una pieza elaborada en el seno de la etnia Kongo, que da el nombre al río y al país. Sabía que habría alguna historia interesante alrededor de este tipo de fetiches. Hoy transcribo lo que dice Laure Meyer en su libro African Forms, art and rituals:
Rituales:
El aspecto conscientemente agresivo de esta estatua, un nkondi, indica que la figura (ocasionalmente remplazada por un perro) ha sido preparada para defender a su propietario. Fue tallada con tal fin en mente por un sanador o nganga, pintada parcialmente en blanco (en este caso en rojo), la cara de la estatua permitió al sanador ver a un espíritu del mundo de los muertos. A través de la mediación de la figura, el sanador movió al espíritu a velar por la persona que la comisionó. La estatua está supuestamente cargada de poderes mágicos gracias a las "medicinas" colocadas alrededor de la cabeza como una corona y en un orificio en la barriga de la figura, que se cerró con un vidrio liso....
El sanador dio el poder a la figurilla soplando sobre las sustancias mágicas, cerrando luego el orificio y efectuando diferentes gestos rituales. La figura se puso al cuidado de su propietario para que trabajase contra todas las fuerzas maléficas. La pieza protegió al inocente. En particular, estaba lista para cuidar de brujos que pudieran lanzar sortilegios, y podría servir también como testigo de un acuerdo a que se llegase frente a ella. En cada una de esas ocasiones, un clavo, o una lámina de metal se clavaría a la estatua para despertar el espíritu. Estas piezas de metal se lamieron para incrementar su poder (...) Perseguido por la mirada embrujadora de estos ojos de vidrio, literalmente hipnotizado, el ofensor correría el riesgo de morir súbitamente, o ser presa de un enfermedad infligida por el espíritu.
Formas
Excepto por la cara, que estaba conscientemente diseñada para aterrorizar, el cuerpo de la figura no muestra intento alguno de tratamiento escultural. Sumariamente modelada, la pieza no se concibió para ser vista; muchas veces no incluso indicación alguna del sexo de la figura. Sólo sirve como un soporte para los clavos y piezas de metal (...) La intensidad de la mirada de la figura, capaz de hipnotizar y fascinar a aquellos que han roto un juramento, está concentrada en un par de ojos sin pupila que están listos par perseguir al culpable donde quiera que vaya.
Por algún lado leí, que entre las "medicinas" utilizadas para la preparación de este tipo de figuras está la tierra de cementerio. La pieza mía tiene mucha tierra seca, suda, transpira, parece tener vida propia.

Detalle de los clavos, piezas de metal, plumas y caracoles
Recuerdo que Ahmed, el Embajador de Egipto, me preguntó un día que cómo yo, siendo cristiano tenía esa abominación pagana en mi casa. Mi respuesta fue simple: "Dios me protege". La verdad es que este fetiche causa impresión hasta ente los monoteístas. No quiero imaginarme el temor que causa entre los animistas y supersticiosos

Mirada vacía de los ojos sin pupila que persiguen al culpable.

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